Síntomas característicos
La dependencia de sustancias es un patrón repetido de abuso de sustancias que puede dar lugar a tolerancia, síndrome de abstinencia y comportamientos compulsivos de consumo de drogas.
- Dependencia es a lo que la mayoría de la gente se refiere cuando utiliza el término adicción.
- Tolerancia se da cuando el individuo tiene que consumir progresivamente más cantidad de la sustancia a lo largo del tiempo para alcanzar un determinado subidón.
- Retirada es un conjunto de síntomas físicos desagradables que son opuestos a los efectos de la droga. Si el consumo de la droga provoca una disminución de la frecuencia cardiaca, un posible síntoma de abstinencia podría ser un aumento de la frecuencia cardiaca. Los síntomas de abstinencia son el resultado de las respuestas compensatorias del organismo y aparecen cuando se interrumpe bruscamente el consumo de la droga.
Las conductas compulsivas de consumo de drogas incluyen el uso incontrolado de la droga, el ansia de consumirla, la dedicación de un tiempo excesivo a obtenerla, los intentos infructuosos de reducir o controlar el consumo de sustancias y el abandono de actividades importantes y placenteras para obtener la droga.
Tipos de trastornos relacionados con sustancias
El DSM-5 enumera diez clases de sustancias por las que se puede diagnosticar un trastorno relacionado con sustancias:
- Alcohol
- Cafeína
- Cannabis (marihuana)
- Alucinógenos (por ejemplo, LSD)
- Inhalantes (por ejemplo, disolvente de pintura)
- Opiáceos (por ejemplo, heroína)
- Sedantes, hipnóticos y ansiolíticos
(por ejemplo, Valium, barbitúricos, somníferos)
- Estimulantes
- Tabaco
- Otras sustancias
Prevalencia y edad de inicio
La adicción es más común en los hombres, con una edad media de inicio entre los dieciocho y los treinta años. Se ha descubierto que cuanto más joven empieza una persona a beber o consumir drogas, más probabilidades tiene de convertirse en adicta de adulto. Por ejemplo, los adolescentes que consumen alcohol antes de los quince años tienen entre cuatro y cinco veces más probabilidades de convertirse en adictos que los que esperan a cumplir los veintiuno para empezar a beber. Otra estadística impactante es que los adultos que consumen drogas ilícitas tienen más del doble de probabilidades de padecer una enfermedad mental grave (por ejemplo, depresión) que los adultos que no consumen drogas ilícitas.
RELAPSE
El consumo repetido de drogas puede provocar cambios en el cerebro que pueden afectar al autocontrol de una persona adicta y a su capacidad para resistirse a los antojos. La prevención de las recaídas en el consumo de drogas es una parte esencial del proceso de recuperación, ya que las personas siguen corriendo un mayor riesgo durante muchos años. Más del 85% de las personas recaen y vuelven a consumir drogas en el año siguiente al tratamiento. Los investigadores estiman que más de 2/3 de las personas en recuperación recaen a las pocas semanas o meses de iniciar el tratamiento de la adicción. Esta tasa es muy similar a las tasas de recaída de otras enfermedades crónicas como la hipertensión, el asma o la diabetes de tipo I.

Tratamientos y apoyo
DESINTOXICACIÓN
Antes de iniciar cualquier tratamiento, es necesario que las personas adictas se desintoxiquen. Esto significa que todas las sustancias a las que son adictos son eliminadas de sus cuerpos. Dado que el síndrome de abstinencia puede ser grave e incluso potencialmente mortal, la desintoxicación debe realizarse siempre bajo la supervisión de un médico. Mediante el uso de diversos medicamentos, un médico puede minimizar la gravedad de los síntomas de abstinencia y hacer que la persona avance gradualmente en el proceso de desintoxicación.
Medicación
Psicoterapia continuada
Programas de Doce Pasos
PSICOTERAPIA
Los enfoques conductual y cognitivo son dos técnicas psicoterapéuticas habituales. Partiendo de la base de que las adicciones son comportamientos aprendidos, el paciente aprende a manejar el estrés y a gestionar las situaciones sin alcohol. En la terapia cognitiva, los pacientes aprenden a modificar los pensamientos autodestructivos y las creencias irracionales que llevan a una persona a consumir drogas y alcohol.
PREVENCIÓN DE RECAÍDAS
Una vez que la persona ha completado la desintoxicación y el tratamiento hospitalario, la atención se centra en ayudarle a evitar recaídas en el consumo de drogas y alcohol. La prevención de recaídas puede incluir una combinación de medicación, psicoterapia continuada y programas de doce pasos. Las personas que se recuperan de una adicción suelen presentar importantes problemas de estado de ánimo y ansiedad. Si no se tratan, estos problemas pueden influir en que la persona vuelva a consumir sustancias, por lo que es necesaria una variedad de medicación y psicoterapia continuada para ayudar al paciente a identificar las situaciones estresantes y los objetos del entorno que pueden desencadenar la recaída. Las personas que buscan tratamiento son remitidas a algún tipo de programa de doce pasos en el que los fundamentos básicos son los conceptos bíblicos de sumisión, perdón y responsabilidad. A los adictos en recuperación se les enseña a cambiar significativamente su forma de vida para evitar una recaída.
FARMACOTERAPIA
Se han desarrollado varios medicamentos para ayudar a los pacientes convalecientes a evitar volver a consumir. Estos medicamentos adoptan dos enfoques distintos para la prevención de las recaídas. En primer lugar, el disulfiram (Antabuse) es un medicamento que sensibiliza al alcohol. Cuando se combina con alcohol, aumenta el nivel de acetaldehído en la sangre, lo que provoca náuseas, vómitos, dolor de cabeza, sofocos y otros efectos desagradables. Aunque este medicamento disuade del consumo de alcohol, no elimina el deseo o la ansiedad por consumirlo. En segundo lugar, el acetilhomotaurinato cálcico (Acamprosate) y la naltrexona (ReVia) son medicamentos contra el ansia. Las personas que toman estos medicamentos no enferman cuando beben, pero a menudo sienten menos placer al beber y es menos probable que quieran volver a beber. El acetilhomotaurinato cálcico parece reducir el ansia al afectar al sistema neurotransmisor GABA. La naltrexona interfiere con la dopamina, el neurotransmisor que produce efectos placenteros en el sistema de recompensa del cerebro, bloqueando así el subidón que normalmente produce el alcohol. La naltrexona también es algo eficaz en el tratamiento de la recaída en la adicción a los opiáceos (por ejemplo, la heroína).
Una perspectiva espiritual
Dado que uno de los aspectos de los trastornos relacionados con sustancias es la esclavitud espiritual, al ministrar a quienes luchan contra la adicción es importante centrarse en la libertad que los creyentes tienen en Cristo. Debemos recordar a nuestros hermanos y hermanas adictos que Cristo vino a liberarnos de la esclavitud del pecado. Podemos usar Isaías 61:1 para ilustrar esta verdad: "El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para dar buenas nuevas a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón,
proclamar la libertad a los cautivos y la libertad a los prisioneros".

La obra redentora de Cristo es completa, y en Él somos verdaderamente libres del pecado. "Para libertad nos liberó Cristo; manteneos, pues, firmes, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud (Gálatas 5:1)". Debemos ayudar a los que luchan contra la adicción a ver que pueden elegir entre vivir libres en Cristo o ser esclavos de sus deseos carnales.
Sin embargo, debemos entender que unos versículos de la Biblia y una oración rápida no van a romper las garras de la adicción. Las recaídas son comunes. Cuando ministramos a aquellos que luchan con el uso de sustancias, debemos estar preparados para caminar junto a ellos a largo plazo, a través de los buenos y los malos tiempos.
Más información sobre otros trastornos de salud mental.